Normalmente el hombre piensa que es poseedor de todos los conocimientos, que sabe y entiende todos los contenidos pero siempre se encuentra equivocado puesto que existe una infinidad de temas que hace que sea imposible que el hombre tenga esa facultad. La ignorancia no es signo de irracionalidad sino falta de un conocimiento en específico. A menudo el hombre es poseedor del error de solamente concentrarse en su propio mundo y no fijarse en lo que ocurre a su alrededor, este puede llegar a ser el punto de flaqueo de las relaciones interpersonales de la humanidad.
Tal vez nuestra falta de delicadeza en el momento de expresarnos, actuar y hasta pensar nos llevan a menudo a equivocarnos con las personas que nos rodean; las sociedades nos han enseñado desde nuestra niñez que lo más importante somos nosotros mismos y que solo nos debemos preocupar por eso cuidando las apariencias y logrando nuestro objetivo sin importar que le pase al otro. Por ignorar las cosas con o sin intención, cometemos grandes errores.
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